Ir al contenido principal

En un rincón del alma.

En un rincón del alma
donde tengo la pena
que me dejo tu adiós,
en un rincón del alma
se aburre aquél poema
que nuestro amor creo.
en un rincón del alma
me falta tu presencia
que el tiempo me robó,
tu cara, tus cabellos
que tantas noches nuestras
mi mano acaricio.
En un rincón del alma
me duelen los "te quiero"
que tu pasión me dio,
seremos muy felices
no te dejaré nunca...
siempre serás mi amor.
En un rincón del alma
también guardo el fracaso
que el tiempo me brindo,
lo condeno en silencio
a buscar un consuelo
para mi corazón.
Me parece mentira,
después de haber querido
como he querido yo,
me parece mentira
encontrarme tan solo
como me encuentro hoy,
de que sirve la vida
si a un poco de alegría,
le sigue un gran dolor...
me parece mentira
que tampoco esta noche
escucharé tu voz.
En un rincón del alma
donde tengo la pena
que me dejo tu adiós,
en un rincón del alma
se aburre aquél poema
que nuestro amor creó.
Con las cosas más bellas
guardaré tu recuerdo
que el tiempo no logró,
sacarlo de mi alma,
lo guardaré hasta el día
en que me vaya yo.



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Soft like you say to me.

I’m just sitting here in the corner of my bed I’m sick actually, the worst of me writing this for you as if I was touching the notes of a piano song. Trying to say to you Every time: your name In the morning, at my coffee, inside of the shower, when I took the train, when I walk around Eixample, every time You inside of my imagination. Living that road trip in the Europe east And you say ever time things about how you are I love how you don’t realize that ever time is you, darling Inside of my imagination. You can fuck everyone in the world, don’t care Your beautiful soul open to me is more addictive that the heaven between your legs And again and again Between the sunrise and sunset, Every time  You inside in my imagination
Anoche viví, por vez primera, el terror de volverme loca. Estoy sin defensas, absolutamente desnuda. Suspendida del abismo, balanceándome. No tengo deseos de nada. Hay un silencio en mí. No quiero volverme loca. Ayer pensé que quiero volver a Buenos Aires. Con mi cuerpo puedo hacer lo que quiero: viajar a cualquier país, ir a cualquier lado. Pero mi silencio y mi tristeza no siguen a mi cuerpo. Me siento más triste que nunca. Tal vez tengo lo que llaman “manía depresiva”. He recibido una hermosa carta de Roberto J. “Déjate ir”, dice. Pero Roberto cree enormemente en los valores del espíritu, posiblemente jamás se preocupó de la locura, jamás se preocupó de saber o sentir si es loco o no. Sabe y siente que es poeta y por lo tanto un ser diferente. Yo también sé y siento que soy diferente, pero también sé y siento mi enfermedad, su peso, su fuerza. Volver a Buenos Aires y psicoanalizarme. Pero ¿de dónde obtendré dinero para ello? Más valdría suicidarme, ahorrarme los meses o los años de ...

28 de octubre.

Vuelven los ojos a ver el reloj de la plaza. Y en un parpadeo estoy en el medio día; en esta banca fría, frente a la fuente sin agua. Hoy no hay cursos, talleres, ni dogmas a seguir. Siento los pulmones limpios en cuanto respiro profundo. El clima de los últimos días de Octubre en un desierto como el que en mí vive, es caliente y es frío en cada duna que se eleva en el horizonte del cuerpo. Es el sueño del sol que me cegó, y el viento que heló mi razón, como el que sopla las hojas bajo mis pies. El invierno que se hace notar toma de los días primeros de un Noviembre naranja toda la fuerza para vencer las estaciones de una vida. Estos días las calles están más vivas que nunca: el pavimento, las plazas, los museos y los teatros, los transeúntes, los colores, los cactus, las palomas, las flores y los locos, gritan ¡Que vivan los muertos! A ellos tanto les debo. Desde que aborde el autob...