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21, enero.


Que agradable resulta la sensación de presenciar el viento. Puedo sentir como su atmosfera me envuelve. Quisiera saber su origen. Desde luego, las partículas que componen el aire podrían terminar con estas palabras. Helio, oxigeno, nitrógeno, dióxido de carbono, toda la composición ya conocida. Lo que percibo no es tan simple como eso. Los átomos del viento están tan vivos como los segundos. El viento en su sabiduría mueve lo inexplicable e invisible; sin límites a través de los polos y de todas las latitudes. Un suspiro y todo cobra sentido. La voz de un niño, el ladrido de mi perro, el olor de la sopa de mi madre que tiene lugar en la mesa a las tres de la tarde, el sabor de los chocolatillos de menta que abren una ventana a la infancia, el ruido del autobús que me depara un gran viaje, las palabras, los trinos, las aves en vuelo, el sonido de los mares que rompen las rocas de los ríos, el eco de los silencios, el olor del primer café de la mañana que renueva el día, su risa, las ondas de su cabello con olor a menta, el inicio y el fin de un beso, el reloj a toda marcha, la luz de luna, la más triste de las sonatas, una lagrima en caída libre, y el ultimo agónico aliento. Los átomos del viento. No ocupan ningún sentido nuevo, sin pedir nada a cambio se muestran desnudos ante el efímero caer de las hojas.
Algo falta después de aquel suspiro. Un espasmo involuntario lleno de deseos, cubierto de espejismos. La sensación embriagante al inicio de esta hora, la acción pura del éter. El movimiento de mis cabellos rizados y la sonrisa que moja mis pestañas como resolución a un adiós a la tristeza que me desploma en la gota bendita de la conciencia.
Podré ir con tranquilidad, al menos, a la hora que se avecina. Andar en mis pies solidos luego de ver las vibraciones cuánticas del tiempo. Sin el peso insoportable del miedo. Ahora mi camino tiene un horizonte, la hora en que el atardecer a mi costado. El retorno de lo vivido en las fibras de la memoria.

Comentarios

  1. Creyendo que ese vació es el intento del sentido de la vida misma, la incertidumbre que invade la esencia del tiempo hace que tengamos impuesto estar en espera del futuro ...

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