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Mi mañana, mi hoy, mi ayer.








Quisiera,
decirle a mis latidos que ya no tiene sentido que ya no vas a estar quisiera, que fueras más sencilla de olvidar. Quisiera, sin cuentos ni poesías detalles sobre el día en que te fuiste así con él que pena, pues fuiste mi mañana mi hoy, mi ayer. Quisiera que la vida te pusiera en mi lugar, y así también poderte lastimar No basta con "perdóname, regresa ya mi amor" evitate la pena por favor. Quisiera que la vida te pusiera en mi lugar, y entiendas por un día lo que es amar la espuma de este herida es lo que sobra de tu mar, ¿donde se me perdió la dignidad? Quisiera, sin versos ni poesías, detalles sobre el día que te fuiste así con él que pena, pues fuiste
mi mañana mi hoy, mi ayer. Quisiera que la vida te pusiera en mi lugar y así también poderte lastimar. No basta con "perdóname, regresa ya mi amor" evítate la pena, por favor Quisiera que la vida te pusiera en mi lugar, y entiendas por un día lo que es amar la espuma de esta herida es lo que sobra de tu mar donde se me perdió la dignidad




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Soft like you say to me.

I’m just sitting here in the corner of my bed I’m sick actually, the worst of me writing this for you as if I was touching the notes of a piano song. Trying to say to you Every time: your name In the morning, at my coffee, inside of the shower, when I took the train, when I walk around Eixample, every time You inside of my imagination. Living that road trip in the Europe east And you say ever time things about how you are I love how you don’t realize that ever time is you, darling Inside of my imagination. You can fuck everyone in the world, don’t care Your beautiful soul open to me is more addictive that the heaven between your legs And again and again Between the sunrise and sunset, Every time  You inside in my imagination
Anoche viví, por vez primera, el terror de volverme loca. Estoy sin defensas, absolutamente desnuda. Suspendida del abismo, balanceándome. No tengo deseos de nada. Hay un silencio en mí. No quiero volverme loca. Ayer pensé que quiero volver a Buenos Aires. Con mi cuerpo puedo hacer lo que quiero: viajar a cualquier país, ir a cualquier lado. Pero mi silencio y mi tristeza no siguen a mi cuerpo. Me siento más triste que nunca. Tal vez tengo lo que llaman “manía depresiva”. He recibido una hermosa carta de Roberto J. “Déjate ir”, dice. Pero Roberto cree enormemente en los valores del espíritu, posiblemente jamás se preocupó de la locura, jamás se preocupó de saber o sentir si es loco o no. Sabe y siente que es poeta y por lo tanto un ser diferente. Yo también sé y siento que soy diferente, pero también sé y siento mi enfermedad, su peso, su fuerza. Volver a Buenos Aires y psicoanalizarme. Pero ¿de dónde obtendré dinero para ello? Más valdría suicidarme, ahorrarme los meses o los años de ...

28 de octubre.

Vuelven los ojos a ver el reloj de la plaza. Y en un parpadeo estoy en el medio día; en esta banca fría, frente a la fuente sin agua. Hoy no hay cursos, talleres, ni dogmas a seguir. Siento los pulmones limpios en cuanto respiro profundo. El clima de los últimos días de Octubre en un desierto como el que en mí vive, es caliente y es frío en cada duna que se eleva en el horizonte del cuerpo. Es el sueño del sol que me cegó, y el viento que heló mi razón, como el que sopla las hojas bajo mis pies. El invierno que se hace notar toma de los días primeros de un Noviembre naranja toda la fuerza para vencer las estaciones de una vida. Estos días las calles están más vivas que nunca: el pavimento, las plazas, los museos y los teatros, los transeúntes, los colores, los cactus, las palomas, las flores y los locos, gritan ¡Que vivan los muertos! A ellos tanto les debo. Desde que aborde el autob...