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Cartas de un Vagabundo.

Sólo voy a comenzar a escribir esto, no sé como iniciar o comenzar este documento. A decir verdad, ¿es una carta? No importa.
He estado pensando mucho, es que hay algo a lo que no sé darle forma. A veces despierto y siento como si toda la noche hubiera cargado en mi pecho una enorme roca, duele de verdad, entonces, la energía se me va.
Es quizá la premonición o el recuerdo de lo que me atormenta; similar a la misma pesadilla que repetía toda mi infancia, y que ahora, la veo despierta. Ayer mismo no podía más que pensar y pensar y pensar. Estaba tan molesta, estoy tan enojada. Quiero ponerle palabras pero no sé que es exactamente. Sólo sé que empieza por no saber dónde quedo todo mi odio, no me deja tocarlo. 

Mis cactus están muriendo. Mis "amigos" se están casando, otros tienen nuevos trabajos, incluso unos algún día serán presidentes. Hasta mi mejor amigo de la infancia me pidió que tuviéramos un hijo (de laboratorio), "es para aquello de no estar solo", dijo. Lo entendí, sentí ternura por él. Obviamente, jamás tendría un hijo, eso sería peor que no suicidarme el día de hoy. Caray, otros están cumpliendo lustros o décadas con sus parejas. Me sorprendo, me pregunto cómo lo hacen. Repiten prácticamente ciclos según pasan sus generaciones, y está bien, y pueden optimistas seguir la vida, no se detienen. Es sólo un poco abrumador. No digo que sea malo esto pero, de los que conozco, lo hacen por el terror a la soledad -sin que lo digan-. Creo yo que no saben que el amor existe -o algo así-. Aunque desde sus vidas se rían de mí si les digo esto. 


Hace un par de noches estaba con un gran amigo -el ultimo de esa especie- y con un primo medio perdido. Hablamos mucho, mucho. Siempre aprendemos cosas nuevas en esas noches. Sólo que esta vez ocurrió algo diferente. Bebí mucho, fumé como nunca, me comí hasta los dulces que le robé del cajón a él. Joder, que si eso fue bueno. Mientras no reíamos bajo los efectos de todo aquello, me detuve un segundo, me di cuenta que aun así no podía , cómo decirlo, "ser feliz", el hecho es que si uno de ellos hubiera puesto una mano en mi pecho, lo hubiera devorado. Sentía hambre de más, como un hoyo negro dentro de mí. 
Volví a darme otra pasada por todo lo bueno que se asomaba en la mesa y, mi amigo dijo, "¿Qué está mal contigo? me asustas a veces, idiota. Reímos por horas. Somo otros que no pueden con el infortunio de crecer, en este mundo.
Entre más ponía atención al exterior, al pasar de las horas, más fuerza sentía dentro. Me estaba destruyendo. Soy muy débil -ya lo dijo mi madre- todo me afecta, todo en algún momento me toca. Camino a casa, me asusto la luna escondida entre sombras. Recuerdo que una canción de Pink Floyd sonaba en mi cabeza, ya en mi cama la cantaba en voz baja, vi el teléfono, y al otro día supe que lloré un poco antes de dormir. 




Otra vez, no alcance el amanecer. 
Pensaba en una película, últimamente me están cambiando la vida. Son espejo de lo que no veo.
Para poder iniciarme tuve que tomarme tres tazas de café, cuan enojada sigo todavía. Hay un perro que ladra y me está sacando de quicio escucharlo todas las mañanas. Pienso mucho. Vivir así me hace sentir como un ser estúpido, inútil y miserable.
¿Cual es la razón de mi enojo? Humanos, no entiendo. Anoche quería pisotearlos, escupirles a todos, hacerlos sufrir, mi misantropía no tiene cura. ¡Odio las mentiras! 
Claro, cuando no son sólo un simple juego de niños. Si fuéramos honestos, estaríamos todos en el lugar indicado. Lo absurdo es que, yo me miento, y es por eso que me odio.

Necesito bajarme de ese carrucel. Nunca he podido con las manera en la que se adueñan del tiempo. No puedo seguir en linea recta, sin respirar mi oxigeno, sin percibir, sin detenerme. Yo que soy una desesperada. Necesito un instante nada más, por eso los días son tan largos. Por eso la espera me jode. 
Decidí que he de ponerme a trabajar en ello. Es sencillo y simple.
Necesito un universo físico donde pueda serlo todo. Ser todo, es el problema de mi abismo. Necesito un hogar primero. Es tan poco lo que necesito del mundo que por eso quiero dejarlo pronto. Sin embargo, intentaré ser luz aquí. 
Si proyecto una visión de eso, veo un gran jardín, un estudio con muebles de madera, una cocinita, una cama pegada al suelo, las paredes blancas, en fin, todo aquello que quepa en orden dentro de una pequeña casa. Muy importante, un enorme ventanal que de a la cama y a los libros, cientos de ellos, las mejores ediciones y traducciones. Habrá un perro, pienso que deber ser un Golden Retriever, incluso tengo ya su nombre: Bowie o Titán. Esta parte es la que más me emociona. Sí, así es. 
No quiero silencio así que ya tengo las lista de canciones que van habitar día y noche. Es como vivir en el subsuelo, pero, no es lo mismo. Aquí puedo ser astronauta, científico y escritora, sin necesidad de un instituto. Claro que tendré que darle al mundo algo a cambio, el tiempo en mi trabajo, no más. Entonces, desde este "subsuelo" viajar a otros planetas, a otras tierras. Australia primero. 
Perfecto, ¿no? 
Claro, claro que sería perfecto sólo si hubiera un tripulante más. Pero, creo que mejor ni pienso en ello. En esto voy aprendiendo. Entiendo, daría un poco de miedo subirse, mucha libertad también asusta, y eso es  lo único que yo he ofrecido a otra persona. O, al menos, eso intento. Lo cual no ha resultado más que en paraísos perdidos. Entiendo en que nadie este interesado en esta minúscula vida. 
Está bien si solo tengo mis ecos y los ladridos de un perro. Hay más allá de estar un poco solo: la verdad.

Pero yo quería escribir sobre mi odio anoche, y al escuchar el soundtrack de una película, hice esto: 
"Quiero enseñarte el mundo. Esa es una razón para vivir. La verdad es que quisiera enseñarte el universo entero, ¿sabes? pero, no soy un alíen, un simple ser humano y ya. Lo siento. 
A veces, veo cosas, siento cosas que nadie más puede saber. Entonces,  no vas a perderte nada de lo que hay afuera. Igual y podrías acercarte a mí y subir tu cabeza a mi pecho, creo que es la mejor manera de que escuches el universo que hay en mí. Dejo a tu elección la medida del tiempo, no es que tenga miedo, es que me gusta pensar en ti." 
Bueno, no sé de dónde ha venido eso. 




Recién escuche en la radio una nota sobre una joven que vive en mi ciudad. Va a los Nobel por su investigación en nanotecnología. Y me quede pensando en mi ensueño. Bueno, yo sólo necesito un perro y una casa. Incluso me moleste por querer eso y no el éxito que ven los otros. Fuera de ello me alegran estas personas que hacen cosas increíbles. 


Mis cactus están muriendo. Verlos así explotó mi rabia, quise tirarlos a patadas, echarlos a la basura destrozados, y no volver a tener ninguno nunca más. Unos los compré por diez pesos, otros me los robé; les conté las estrellas que había sobre ellos, fertilicé y cambié su tierra, los toqué sin miedo. Les di de más y no lo necesitaban. Van muriendo. Todo lo que toco tiene el mismo destino en mis manos. Lloré bajo el sol cuando pensé en que, tal vez, te extrañan, Milla. A tu saliva cuando te comías su tierra, tu presencia, tu compañía; nunca habían crecido tanto desde que tú los querías. Quizá, yo, como ellos, me voy muriendo sin ti. Hoy que es lunes otra vez. Hoy que es otro mes. Hoy que es lunes cinco, otra vez. 
Son estos días los que me destrozan de por sí, debiste nacer cerca de esta semana, y en Abril llegaste a casa, ¿recuerdas? 
Todavía no puedo encontrarte, te vi una vez en la Luna, en mis sueños, pero no más. Te he sentido aquí, que hasta he pensado en que ya me volví loca. Me sé tu olor de memoria, sobre todo, las dimensiones de tu cuerpo en el sillón. Ese donde me he tomado el café hoy, de la misma manera como cuando estabas tú a la orilla de mis pies; volví a a ver esa fotografía de una mañana de domingo: lo tuve todo. Hoy no estabas tú, no era domingo, y la taza de café se quebró. 
Mientras escribía esto en el cuaderno -porque nada agarra las palabras como una hoja en blanco- Niña se subió a mi pecho, sentí que iba explotar de amor, me abrume, volví a sentir como era tomarme el café contigo. 

Ya no me quedan fuerzas para odiar nada. Estoy molesta conmigo y un poco con el mundo.
Aceptar que no puedo entender algo, a mí. Saber que sólo puedo encontrar el éxtasis en las simples cosas. Vivir con ello. 
Amo mis plantas, ya las enterré y volverán a crecer. 
No soy todavía lo que viste un día, sigo sin salvar al mundo. Ahora te busco en la luz, te he visto ahí, lo sé. 



PD. Te hubiera encantado ver a Victoria correr hoy en el parque. 
Ha crecido tan rápido, no olvida tu nombre. 
























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