Ir al contenido principal

07.05.2019


Puse a Bach, oculta de los ojos del Sol fulminante del desierto; escondida entre la sombra de un telar artificial creo que nunca le hecho tanto bien al mundo como en este momento. Los arboles tímidos y los pajarillos chirriantes me lo confirman en una danza de gratitud que navega en las olas del cielo. Y escribo. Nuevamente. Esa es la gratitud que el universo me da. Aquí, sola. Antes de que alguien venga y me rompa.


Una. Cualquiera.


Abrazar el aire y no tu dorso
Es un dolor que no te explico
En el arco de mi costado
Sólo la que fuiste

No te explico porque no existes

Respirar el aire y no la estela de tu cabello
Es un dolor que se piensa sin olvido
No te explico porque hubo una que aquí
Se sentó conmigo. Una. Cualquiera.

Alzo la cabeza y dejo caer el aire
El único recuerdo que me queda
Es tu dorso en el suyo, tu cabello en su aroma,
tu andar a su compas, tu nada extinta.
Y un paisaje que dibuja lo reemplazable,
Lo inerte, lo mortal que fue mi amor
Para una que se sentó aquí conmigo.

Justo en el vacío que ocupa el aire. 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Horas continuas.

Toma el conglomerado de acciones que van en mis días en cada arista de mis horas te tengo presente. Podes hacer lo que te plazca con ellas: redúcelas, extínguelas o multiplica mis segundos y súmalos a tu vida. Cada respiración tuya es un eco viajante que, tiene hogar en mis sentidos. Y vivir se vuelve una manera de tocarte.
Anoche viví, por vez primera, el terror de volverme loca. Estoy sin defensas, absolutamente desnuda. Suspendida del abismo, balanceándome. No tengo deseos de nada. Hay un silencio en mí. No quiero volverme loca. Ayer pensé que quiero volver a Buenos Aires. Con mi cuerpo puedo hacer lo que quiero: viajar a cualquier país, ir a cualquier lado. Pero mi silencio y mi tristeza no siguen a mi cuerpo. Me siento más triste que nunca. Tal vez tengo lo que llaman “manía depresiva”. He recibido una hermosa carta de Roberto J. “Déjate ir”, dice. Pero Roberto cree enormemente en los valores del espíritu, posiblemente jamás se preocupó de la locura, jamás se preocupó de saber o sentir si es loco o no. Sabe y siente que es poeta y por lo tanto un ser diferente. Yo también sé y siento que soy diferente, pero también sé y siento mi enfermedad, su peso, su fuerza. Volver a Buenos Aires y psicoanalizarme. Pero ¿de dónde obtendré dinero para ello? Más valdría suicidarme, ahorrarme los meses o los años de ...

Ay, amor.

Ya sé que no me quieres ver, ya lo sé Que estas cansada de mi forma de querer Que no me entiendes y mis celos te hacen mal Que mis caricias ya no brillan en tu piel Y que mis noches están llenas de ansiedad Ya sé, Que estás con alguien más, ya lo sé Que estas tranquila y que no piensas regresar Que el tiene todo lo que nunca pude ser Que andas diciendo que no tengo dignidad Y no te importa si estoy bien o si estoy mal Ay Amor! Perdona si te llamo para escuchar tu voz Perdón, se que me estás odiando Ya me voy, quiero que sepas algo Mi corazón huyó, se fue, se me quedó en tus labios Ya sé, Que estás con alguien más, ya lo sé Que estas tranquila y que no piensas regresar Que él tiene todo lo que nunca pude ser Que andas diciendo que no tengo dignidad Y no te importa si estoy bien o si estoy mal Ay Amor! Perdona si te llamo para escuchar tu voz Perdón, sé que me estás odiando Ya me voy, quiero que sepas algo Mi corazón huyó, s...