Se me fue
lo imposible en un te extraño no dicho. No supe elegir las palabras que ya
sabía de memoria. Caí en el peor de los lugares comunes: el olvido. Ese olvido
que te hace perder la alegría de vivir. Una amargura gentil y noble que no me
permite odiarte. ¿Qué palabra invento que no sea un "hubiera"? No
articulo una idea que no lleve a rastras la nostalgia. Llueve todos los días
aquí adentro. No te has ido, te mojas con la brisa que llora la Luna. Y yo me
inundo entre tus nubes, no te has ido, pero, te he visto partir todos los días
que mi mano no te lleva en el mismo camino.
¿Con qué
cadena de letras o pensamientos suplanto lo que no te di? Eso que me come la
carne durante las noches de ansiedad e insomnio. Me come. Me devoran los
musculos que te recuerdan, los huesos que cargaron tu cuerpo bajo el otoño. Me
asfixian las manos sobre mi cuello, el peso del mundo en el pecho. Pido ayuda a
mi alma, mueriendome de ternura, no he podido hacer otra cosa para limpiar el
sudor de mi frente a las tres de la mañana. A la misma hora que conciliaba el
sueño cuando eras mía. Tantas veces al llegar a casa solté mis carencias en la
cama y no era hogar todo aquello donde tú faltabas. ¿Hubo lugar donde no
estuvieras presente? Ni uno solo.
No te
vayas. Quedate hasta el pie de esta carta. Ya casi termino de decir lo que
quiero. No te vayas.
¿Cómo hago
que el viento se lleve el llanto que no rompo? ¿Cómo te dejo de llamar en cada
uno de mis latidos? No sé como no decir tu nombre al saludar al Sol y a los
astros. Te pareces tanto a la luz de los neutrinos, a la sombra Saturnina de mi
melancolía.
No, no
haría nada para cambiar el curso de las cosas. Envolvería toda mi energía en
que tuviera el mismo lugar cada paso que di contigo. Para este amor que me
carcome los días no exite ni fisica ni matematica, ¿A quien le importan los
numeros cuando se es la persona más afortunada del universo? Las etiquetas del
tiempo y los juegos de ajedrez con nombres a las horas. A nadie. Un día
transcurre acumulado hasta formar una era. La luz no tiene tiempo si son tus
ojos los que se abren al mundo. Un despertar perpetuo. Hundi mis ojos en el
oceano de mi mente. Llegue tan al fondo buscandote que mis ojos se ahogaron
recreando cada momento contigo. Y jure pasar todo lo que he vivido tantas veces
fuesen necesarias para regresar a ti. Un ciclo a otro, desde el primero hasta
ese día que tus manos se colgaron a mi cuello para decir que me querías y
detras de la puerta se fue contigo lo que me quedaba de vida. No supe que era
el último día. Y me dentengo, ahí en la penumbra de mi ceguera. No veo más que
los errores que tapizan el pasado. ¿Hubo siempre un espacio para darte un poco
más de mí? Me he quedado con tantos hubiera que aborrezco el peso de los
bolsillos. Qué cansancio es caminar con la sombra de tu abandono.
Me he
perdido en el horizonte proximo, la pared al fondo de mi habitacion. Lamento no
decir que fue el mar que me hizo extrañarte. Un simple muro mudo basta. Una
tras otra tu imagen se me clava en la sien.
Estoy
quebrando el sielncio. Te escapas. No te vayas.
Recuerdo un
momento premonitorio. Sobre mi cabeza se dibuja una constelación nueva. Cada
que me alejaba de ti, absorta, incrédula de tenerte, sobre mi cabeza aprecia
una estrella nueva. En mi espera después de aquella lluvia, después de tu
llanto, después de tu aroma, vi formarse lo que parecía un nuevo mundo. Y sólo
yo sabía ese misterio naciente. Ante puse todo lo que tenía para que respiraras
la felicidad que tu noble alma merecía. Cada átomo de oxigeno era tuyo, cada
una de las partículas que soy. No quiero morir ahora, no quiero que nada te
falte.
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