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El último minuto del 14 de febrero.



No puedes hacerlo cuantas veces quieras, porque, yo caigo bajo tu boca más veces de las que respiras. 
No vienes y, sin embargo, aquí vives: en mis dedos, en mis manos, en mis piernas, en mi vientre, en mis senos, en toda la piel que esconde del fuego que es tu presencia. 
Dices aire y me haces polvo. Conjugas los verbos para doblegar mi centro y destruirme en un santiamén. 
Debes saber que, aunque te claves en mí  cerebro y te vea en cada hora de mis días, mi corazón a muerto hace un tanto y desde ese día he olvidado lo que amaba, y tú ibas en esa ruina. No serás el mayor de mis dolores pues ya he padecido. Fuera de esta advertencia júzgame loca y dame la vuelta. Ven a mis tierras y tómame completa. Te juro que puedes pedirme lo que sea. 

Todas tus letras son tan hermosas y muertas como las flores que le mandas a ella.



Inventamos, creamos
realidad
      mentira 
o qué se yo
el error cósmico que seria la extinción de 
tú y yo. 
Jugamos el rol que nos hace amos del universo
para poder ver quien al final
doblega su libertad.


"Te he visto boxear y me he enamorado de ti"





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Soft like you say to me.

I’m just sitting here in the corner of my bed I’m sick actually, the worst of me writing this for you as if I was touching the notes of a piano song. Trying to say to you Every time: your name In the morning, at my coffee, inside of the shower, when I took the train, when I walk around Eixample, every time You inside of my imagination. Living that road trip in the Europe east And you say ever time things about how you are I love how you don’t realize that ever time is you, darling Inside of my imagination. You can fuck everyone in the world, don’t care Your beautiful soul open to me is more addictive that the heaven between your legs And again and again Between the sunrise and sunset, Every time  You inside in my imagination

Horas continuas.

Toma el conglomerado de acciones que van en mis días en cada arista de mis horas te tengo presente. Podes hacer lo que te plazca con ellas: redúcelas, extínguelas o multiplica mis segundos y súmalos a tu vida. Cada respiración tuya es un eco viajante que, tiene hogar en mis sentidos. Y vivir se vuelve una manera de tocarte.
Anoche viví, por vez primera, el terror de volverme loca. Estoy sin defensas, absolutamente desnuda. Suspendida del abismo, balanceándome. No tengo deseos de nada. Hay un silencio en mí. No quiero volverme loca. Ayer pensé que quiero volver a Buenos Aires. Con mi cuerpo puedo hacer lo que quiero: viajar a cualquier país, ir a cualquier lado. Pero mi silencio y mi tristeza no siguen a mi cuerpo. Me siento más triste que nunca. Tal vez tengo lo que llaman “manía depresiva”. He recibido una hermosa carta de Roberto J. “Déjate ir”, dice. Pero Roberto cree enormemente en los valores del espíritu, posiblemente jamás se preocupó de la locura, jamás se preocupó de saber o sentir si es loco o no. Sabe y siente que es poeta y por lo tanto un ser diferente. Yo también sé y siento que soy diferente, pero también sé y siento mi enfermedad, su peso, su fuerza. Volver a Buenos Aires y psicoanalizarme. Pero ¿de dónde obtendré dinero para ello? Más valdría suicidarme, ahorrarme los meses o los años de ...