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El último minuto del 14 de febrero.



No puedes hacerlo cuantas veces quieras, porque, yo caigo bajo tu boca más veces de las que respiras. 
No vienes y, sin embargo, aquí vives: en mis dedos, en mis manos, en mis piernas, en mi vientre, en mis senos, en toda la piel que esconde del fuego que es tu presencia. 
Dices aire y me haces polvo. Conjugas los verbos para doblegar mi centro y destruirme en un santiamén. 
Debes saber que, aunque te claves en mí  cerebro y te vea en cada hora de mis días, mi corazón a muerto hace un tanto y desde ese día he olvidado lo que amaba, y tú ibas en esa ruina. No serás el mayor de mis dolores pues ya he padecido. Fuera de esta advertencia júzgame loca y dame la vuelta. Ven a mis tierras y tómame completa. Te juro que puedes pedirme lo que sea. 

Todas tus letras son tan hermosas y muertas como las flores que le mandas a ella.



Inventamos, creamos
realidad
      mentira 
o qué se yo
el error cósmico que seria la extinción de 
tú y yo. 
Jugamos el rol que nos hace amos del universo
para poder ver quien al final
doblega su libertad.


"Te he visto boxear y me he enamorado de ti"





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